Cuántas veces nos hemos sentidos motivados para poder realizar algo, y toda nuestra energía se eleva al 100% por hacerlo ya y tener los resultados de igual manera, es decir, ya, casi casi al mismo instante, como si con una varita mágica lo pudiéramos conseguir, lamentablemente esto no dura mucho a lo máximo 1, 2 o 3 días cuando mucho, porque vemos que al día siguiente no hemos conseguido el resultado que tenemos en mente.
Por lo tanto es mucho más fácil quedarnos tranquilos en nuestra zona de confort, aun cuando ya no estemos tan cómodos, simplemente porque se requiere menos esfuerzo para quedarnos donde no queremos estar, que juntar las energías que se necesitan para crear el cambio y dirigirnos hacia donde queremos ir.
Sin embargo, he aprendido que los cambios son necesarios para crecer y madurar y que si no provocamos el cambio que queremos en nosotros mismos, eventualmente el estado de las cosas cambiarán por si mismos.